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lunes, 31 de mayo de 2010
sábado, 29 de mayo de 2010
Sorpresa
Su voz comenzó a colarse dentro de mí...
Me sorprendí desnudo frente al espejo...
Ha vuelto a hacerlo, ha sido capaz de jugar conmigo otra vez...
Una esquina de París.
viernes, 28 de mayo de 2010
jueves, 27 de mayo de 2010
Cuando gritar no basta
Cuando gritar no basta voy hasta la habitación del fondo. Me desnudo y me siento bajo la ventana. Hundo mi cabeza entre las rodillas , abrazo mis piernas y aprieto los ojos hasta conseguir que mi alma abandone el cuerpo. Mientras me siento agotado en el suelo, una lluvia de cristales cae sobre mi cabeza. Mi alma fue capaz de romper la ventana y ahora da vueltas en círculo por el cielo. Me preguntais a dónde irá. No tengo la respuesta, nunca hago preguntas.
miércoles, 26 de mayo de 2010
Aeropuerto
martes, 25 de mayo de 2010
Casualidades
lunes, 24 de mayo de 2010
Personaje de cómic
Después dibujé a Astérix y Obelix, pero poniendo por delante a Obélix, de forma que a Astérix sólo se le ven las plumas de su gorro. ¿Lo de las plumas quiere decir algo?
Después dibujé al lindo pajarito, pero lo he dibujado dentro de la boca del gato, que ya está bien de tanta injusticia en el mundo...el pobre gatito solo tiene hambre.
Más tarde me acordé de Lucky Lucke. ¿Cómo reaccionaría ante tanto color negro? No era capaz de encontrar a su sombra para demostrar que él era más rápido que ella.
También intenté meter a Micky Mouse en mi habitación, pero me salía siempre con cara de Bush y comiendo galletas, así que decidí borrarlo.
En un rincón del cuarto se ha colado un personaje inesperado que no es de cómic.
domingo, 23 de mayo de 2010
Colores
La tormenta que llegó desde el horizonte intentó atrapar el sol.
El arcoiris se reflejó en las olas.
Él cogió carrerilla y vivió su sueño durante una décima de segundo antes de zambullirse.
La mar dejó de ser azul y por una décima de segundo fue un caleidoscopio.
El nadó en el caleidoscopio.
Una décima de segundo. Una forma de vida...
...y los sueños, sueños son.
sábado, 22 de mayo de 2010
After dark, Haruki Murakami
viernes, 21 de mayo de 2010
Nota en la cocina
jueves, 20 de mayo de 2010
Desconocidos
miércoles, 19 de mayo de 2010
Amistad
Hoy hablan por mí
Ayer me vacié en forma de canción. Hoy dejo que estas voces hablen por mí (especialmente la de ella).
martes, 18 de mayo de 2010
Espectacular .Vida. Alegría.
lunes, 17 de mayo de 2010
¡Qué bueno era jugar a la pelota!
domingo, 16 de mayo de 2010
La fuerza del cariño
sábado, 15 de mayo de 2010
Soy una colilla.
A priori puedo parecer algo insignificante pero me considero afortunada. Millones de hermanas mueren cada día en ceniceros, todas juntas, oliendo a cadáver, para ir a terminar sus días en negras bolsas de basura junto a restos de comida, y cosas variadas dependiendo de la conciencia ecológica de la persona que se encarga de tirar las cosas.
Yo por mi parte vivo en la Plaza del Comercio de Lisboa. Para los que no conozcan esta ciudad, sería como si vosotr@s vivierais en un ático en la Gran Vía de Madrid, o en la Rambla en Barcelona, o en algún lugar con vistas al mar.
Es esta plaza un lugar donde se mezcla gente muy variada. Funcionarios que vienen a trabajar al ayuntamiento de la ciudad (de tenerlo tan cerca ya casi no miran al Tajo); Taxistas a la espera de recoger personas para de un modo mecánico dejarlas en sus destinos y volver aquí; Vendedores de todo tipo de cosas. Os contaré un secreto, nunca compreis hachis en esta plaza, es de mala calidad, al menos eso se rumorea entre los cigarros de la ciudad; Turistas procedentes de todo el mundo. Abundan los españoles, tan ruidosos, los ingleses, con cierto aire de superioridad por el hecho de estar en Portugal, alemanes, siempre dispuestos a buscar diversión, holandeses, tan gup@s e interesantes...
A todas estas personas tengo que añadir mis favoritas: los que vienen a pintar, los que vienen buscando la luz a diferentes horas del día para después vender sus cuadros a diez euros e intentar seguir viviendo de sus sueños y su mirada...
Ya sabéis donde vivo, ahora os diré como son mis días. Por mi fotografía puede parecer que vivo encajada en el suelo, pero nada más lejos de la realidad. Tuve la suerte de caer en el suelo de adoquines blanquinegro, algo muy típico en Portugal. De haber caído en cualquier acera normal habría sido recogida por las cebras de la escoba de algún barrendero, o lo que es peor, podría haber muerto bajo el huracan de esas maquinas limpiadoras modernas.
Sin embargo, ya me veis, vivo en la libertad de no tener techo. Vivir al aire libre tiene la ventaja de poder sentir el viento, el sol, la lluvia y ver a muchas personas.
Tengo un objetivo, llegar a ver el mar. Para eso cuento con la complicidad del viento. Es todo un riesgo dejarse llevar por el aire, pero es una sensación genial estar volando hasta el próximo hueco entre los adoquines. Espero a que nadie me mire, cojo carrerilla, y voy saltando con el viento camino del mar...cada vez estoy más cerca.
Sólo hay una cosa que me da pena cuando me pongo a pensar: para que yo pueda existir antes tiene que quemarse el cigarro. Las colillas no existimos hasta que las personas se fuman la nicotina. Es triste nacer desde la muerte. Vosotras, las personas, soléis nacer desde el placer del sexo, yo nazco de la mezcla del fuego y el humo, para, si no tienes suerte como es mi caso, morir al instante.
Antes de morir calcinado, el cigarro del que nací me dijo que tenía suerte, había nacido de un cigarro compartido por un hombre y una mujer que se miraban con ojos llenos de fuegos artificiales.
Tengo que dejaros porque empiezo a sentir la brisa que llega con la tarde y es el mejor momento para volar hacia otro hueco que me acerque a la orilla del mar.
Pd. Ha sido un placer. Y recordad, cuando veáis una colilla no penséis que es algo inútil, acabado, sino que también tiene sentimientos y sobre todo...tiene sueños.
viernes, 14 de mayo de 2010
Nao viajo, sonho.
¿Es posible decir tanto con tan poco?
Estas palabras las encontré en una estación de metro de Lisboa. Tengo que reconocer que me dejaron fascinado para varias horas. Lisboa es un buen lugar para soñar, para perderse, para detener el tiempo, para sorprenderse con los pequeños detalles, para disfrutar de la luz del Atlántico.
La luz del Atlántico no es tan luminosa como la del Mediterráneo. Es como si la luz de Lisboa pesara más, como si la luz del sol se hubiera ido llenando de recuerdos en su viaje desde a Valencia a Lisboa. Quizá por eso existe la saudade portuguesa, ese sentimiento casi mítico de nostalgia que desprende Lisboa, esos fados tristes que consiguen poner en tensión tu cuerpo hasta que la primera lágrima asoma.
Volviendo a la frase. Pocas veces he viajado y soñado al mismo tiempo. He viajado muchas veces deseando llegar al lugar de destino. Muchas veces he disfrutado del viaje, pero seguir soñando una vez que he llegado a mi destino me ha pasado muy poco. Ahora estoy en una fase desconocida para mí: estoy soñando después del viaje. Es como estar tumbado frente a la orilla del Tajo en Lisboa. Estoy recordando y viviendo.
No se si sueño porque viajé o viajo mientras estoy soñando. Pero de algo si estoy seguro. Soy feliz en este estado de no saber muy bien si viajo o sueño, si provoco los viajes por mis sueños o viajo porque los sueños me provocan.
Me gustaría situar la luz mediterránea junto a la luz atlántica. Ella es el Mediterráneo, yo soy el sueño atlántico que quiere vivir otro día bajo la luz brillante que llega desde el este.
¿Se convertirá en viaje este sueño? ¿Me permitirá otro viaje seguir soñando?
pd. Mientras tanto, sigo buscando en paredes callejeras frases que le den sentido a mi vida y me fascinen durante minutos, horas, días, semanas, meses...
jueves, 13 de mayo de 2010
Noches reversibles. Bendita contradicción
miércoles, 12 de mayo de 2010
Berlín
martes, 11 de mayo de 2010
Bruja por dentro...
lunes, 10 de mayo de 2010
Minotauro (incompleto)
Imagino mi vida sin poder salir de mi casa. Mi cuarto se ha convertido en otra de las habitaciones del laberinto de donde no podré salir nunca. Voy a la cocina y el frigorífico siempre está lleno. A veces me dedico a abrir y cerrar muy deprisa la puerta del frigorífico para ver si puedo averiguar como se rellena por sí solo pero nunca averiguo nada nuevo. Es una pena porque ni siquiera así tengo la excusa de salir a hacer la compra para abandonar mi casa-laberinto.
Todavía no entiendo porque no aprovecho cuando suena el timbre para salir corriendo de mi laberinto, pero claro, entonces que ocurriría con él. ¿Lo tirarían para hacer un centro comercial? Sólo se que no lo puedo abandonar.
Pero no me critiquéis sin conocerme. Si queréis entrar en mi laberinto estáis invitados, pero solo si no queréis hacerme daño.