Tras una semana kilométrica, con cambio de vivienda, noches en la casa encantada, calurosos paseos por la noche madrileña, nervios previos al examen final, examen sin redondear, paseo por el bosque, cervezas sonrientes, besos soñados, sueños al borde del precipicio...el fin de semana me lleva a un lugar diferente, especial: Zahara de los Atunes.
Allí me esperaba mi sobrina. Antes de viajar hacia Zahara le conté por teléfono que ella estaba en un lugar mágico, un lugar donde los sueños se hacen realidad, pero para que llegara la magia había que bañarse en el mar de noche, pensar un deseo y decir la palabra mágica: Shiwa.
Antes de bajarme del coche ya me llevé la primera bronca de mi cuñada por meter ideas raras en la cabeza de mi sobrina:
- Ahí la tienes esperándote. Ni se te ocurra llevarla a la playa de noche.
Llamé a una puerta que sólo se diferenciaba de otras cien que había en el edificio por un número y detrás del timbre apareció mi sobrina, ya morena por el sol, abalanzándose sobre mí y tirando mi maleta casi vacía al suelo:
- Tito a que me vas a llevar a la playa por la noche para bañarnos. ¡Vamos a ir, me da igual lo que digáis¡ - dijo desafiante mirandolos a todos.
- No te preocupes, ya convenzo yo a esta gente que no cree en la magia.
- Tito ya sé el deseo que voy a pedir. Pero ¿Cuál es la palabra mágica?
- La palabra sólo se puede decir cuando estemos dentro del agua.
Decidí dejar pasar la noche del viernes. Demasiado precipitado intentar convencer a padres y abuelos. El trabajo para ir convenciendo a todos empezó el sábado por la mañana. Lo primero, decirle a mi sobrina que no dijera nada a nadie de nuestro baño mágico en el mar, así los otros dejarían correr el tema. Después de hacer de tío de mi sobrina y tres amigas suyas en la playa, luego en la piscina, luego en la pizzería, y otra vez en la piscina les pedí a sus padres y abuelos que si servía para vigilar a cuatro niñas durante un día entero, podría cuidar de mi sobrina un minuto en el mar, bajo las estrellas.
- Sólo será un minuto, ella tendrá frío y se querrá salir. No os preocupeis es una niña.
- No nos preocupa ella, nos preocupas tú. Ahora dice la niña que pongamos en el coche a Sidonie y a Love of Lesbian.
- Eso es que está sacando su gusto musical.
Le dí a mi sobrina la buena noticia.
- Tito me tengo que poner algo especial. ¿Puedo pintarme los labios?
- ¿Para qué te quieres pintar los labios?
- Yo que sé.
- Tienes que llevar bikini y una toalla, lo demás lo pone el cielo, el mar y la música.
- ¿Llevamos música?
- Claro, hay que poner la canción mágica.
- ¡Yo quiero elegir la canción mágica!
- La canción ya está elegida. Yo pongo la canción mágica, tú no te preocupes.
- Yo también quiero poner una canción tito.
Decidí que iba a perder la pelea con ella, así que le dije que llevara también su mp3 y que eligiera una canción para poner. Pondríamos primero la canción mágica y después la suya.
Nos fuimos en coche hasta la Playa de los Alemanes. Llegamos cuando empezaba a anochecer y el rojo del cielo se confundía con la oscuridad que llegaba desde el este. El mar estaba tranquilo y las olas decidieron acariciar la orilla en lugar de romper en ella.
Vimos salir las estrellas y les fuimos poniendo nombres. Sin darnos cuenta la oscuridad se hizo en la playa y el ruido de las olas pareció subir su volumen por mil.
- Tengo un poco de miedo tito.
- Yo también, pero no pasa nada, ahora los peces se van a dormir al centro del mar y dejan la orilla libre.
Nos levantamos y comenzamos a sentir el frescor de la arena en nuestros pies.
- No me sueltes tito.
- No. Vamos. No hay que dudar. Sólo meternos, agarrarnos las manos, cerrar los ojos, pensar el deseo y decir la palabra mágica.
- Pero ¡Cuál es la palabra mágica!
- Shiwa, la palabra es Shiwa.
El agua estaba fría, creo que incluso yo sentí más el frío que ella. Me quedó alucinado ver lo feliz y decidida que caminaba hacia el mar. Caminamos de un modo ceremonioso y fuimos entrando en el agua. Mientras, en la arena, un reproductor hacía sonar la canción mágica: Shiwa (Love of Lesbian)
Agarrados de la mano, nos detuvimos al mismo tiempo dentro del agua, apretamos fuerte nuestras manos, cerramos los ojos, pensamos un deseo y gritamos a la vez ¡¡¡Shiwa!!!
- Ya tito, vamos a salir rápido para que se cumpla el deseo.
La cogí y salimos tiritando de aquel mar que ya será mágico para siempre. Acabamos de oir la canción arropados con toallas, tiritando y mirando las estrellas en silencio.
- Tito, ahora toca mi canción. Espera.
Sacó su mp3 de la mochila y lo puso en el reproductor. Buscó rápidamente la canción que había elegido y me dijo:
- ¡Ahora a callar!
No sabía que canción había elegido. Mi sobrina tiene ocho años e imaginé que sería alguna canción de moda, de algún anuncio de televisión, algún tema de sus dibujos favoritos, sin embargo, comenzó a oirse unos tonos que evidenciaban que había elegido una balada. No conocía la canción pero pude reconocer la voz de la cantante de La Oreja de Van Gogh. Era una canción sobre una pareja que no se atrevía a decirse te quiero, dos personas que se ven pero no se atreven a hablarse, y de repente empecé a sentir un sentimiento en mi estómago, un nudo en mi garganta, mis labios apretados y unas lágrimas que intentaba contener.
Por un momento pensé en la situación. Sentado junto al mar, de noche, bajo las estrellas, tan cerca de Tánger, sintiendo una canción desconocida, a punto de llorar por tener la suerte de vivir el amor como lo vivo y en un segundo mi sobrina me descompone con tres frases:
- ¿Vas a llorar tito? Tienes cara de llorar. ¿Estás triste?
- No. Estoy muy feliz. Muy, muy feliz. Has elegido una canción muy bonita. Me has hecho llorar de felicidad, y eso está muy bien.
- Entonces, mi deseo se ha hecho realidad.
- ¿Ya se ha hecho realidad? Qué rápido. ¿Cuál era tu deseo?
- Que mi tito favorito sea feliz.
Zahara de los Atunes. 10 de julio de 2010. Su canción era "Jueves" (La Oreja de Van Gogh)
JODER!! Pero cómo se puede ser tan tierno!!! Qué gran post sobre el amor, qué sobrinita tan encantadora, y que tito tan especial!
ResponderEliminarLos niños pueden desmoronar cualquiera de nuestras murallas adultas con solo una palabra. Y edificar castillos con la misma facilidad.
ResponderEliminarTenemos que presentar tu sobrina a mi ssobrino.
ResponderEliminarMe gusta la combinación..
que bonito a mí tambien me hahecho llorar tu relato,
ResponderEliminarporque es tan facil hacer feliz a alguien que sepa sentir...
la magia esta en esas pequeñas cosas.
Llorar de felicidad es algo dificil de conseguir... bueno no, contigo es muy facil y q s
ResponderEliminarUn relato donde sobran las palabras.
ResponderEliminarMe alegro que esta experiencia con tu sobrina sea de humildad, sencillez y amor, lo demás sobra todo.
Besos.