Crearon hologramas para abandonar sus cuerpos. Salían a la noche escuchando sus propias pisadas en el asfalto. No había fecha ni horarios, sólo un lugar donde verse ayudados por la complicidad y el hechizo: una decimonónica estación de metro con bóvedas de ladrillos. Humanos invisibles, olvidados, caminaban, gemían, lloraban, enloquecían, reían, chocaban, entre las vías abandonadas. Ellos paseaban por allí sin obligación de encontrarse.
Había noches de paseos miedosos, de pasos que avanzaban por el deseo, amaneceres sin encuentro... Y había noches en que sus perfumes se encontraban. La oscuridad hacía que se olieran, que se recorrieran robándose su esencia. Entonces sus dedos recorrían sus caras, el placer se encontraba en la puntas de los dedos que abrían caminos en sus mejillas, en sus labios, en sus párpados...hasta llegar a un orgasmo como baile de ciempiés. Un último roce de manos era la despedida.
Los hologramas convertidos en almas volvían al lugar que todos suponían.
Como puedo dejar salir al mio?.. Para poder sentir todas esa sensaciones.. sin miedos ,sin mentiras sin tabus ..Para despues volver a mi cuerpo y disfrutarlo.. besos... Prometeo
ResponderEliminarDejar salir al holograma quizá sea lo fácil. Volver al sitio que debemos, lo difícil.
ResponderEliminarCerrando los ojos, dejo volar la imaginacion ... todo lo impossible sucede como algo natural a flor de piel, sin palabras, solo los sentidos nos hacen volar como mariposas sin rumbo !!! Deja te llevar y la magia sucede cada noche estrellada ...Life is a dream, live and believe you made your own choices to be free ...
ResponderEliminarBueno voy a probar que me pareció una experiencia estupenda, este fin de semana que se vaya mi holograma por ahí a buscar nuevas sensaciones, y cuando vuelva que me enseñe a usarlas, sin tabús ni trabas...
ResponderEliminarBesitos.