Seguidores

martes, 31 de agosto de 2010

No me tumbarás, Búnbury

No recuerdo con exactitud cuando vió la luz el último disco de Búnbury, Las Consecuencias, lo que sí sé con precisión es que aún no he sido capaz de escuchar el disco entero, de un tirón, una canción tras otra. Por primera vez en mi vida me he encontrado Frente a Frente a un conjunto de canciones que me mira a los ojos y me vence, me supera, me hace caer de rodillas, como le ocurre a El boxeador que escucha la cuenta hasta diez.


Ya en su primera canción me dispara a quemarropa "¿Por qué siempre conviene alegrar a la gente? También de vez en cuando está bien asustar un poco". Pues tengo que decirte, canalla, que conmigo lo has conseguido. Y si, como tú dices, "Las consecuencias son inevitables". No está mal para ser el primer tema de un disco que yo ya sospechaba duro...


Pero no iba a parar ahí. No, Ella no me dijo que no, fui yo, quien ante la bifurcación del camino, elegí No. "No es posible el amor como una destrucción". El cantante se adelantaba al final, actuó como si ya lo conociera.


Estoy en la canción número tres y ya no pude seguir. Tiré todo lo lejos que pude el mp3. Quise alejarme de esa voz que tantas lágrimas había sacado de mí en quince minutos. Lo peor es que ella sabe que Búnbury es quien más me gusta, y por complacerme, lo ponía mientras cocinábamos juntos.


- ¿Por qué desenchufas el equipo de música?

- Porque me va a salir fatal esta pasta carbonara. Me siento como un personaje de "Como agua para chocolate" que va a estropear la receta por mezclar el vino blanco con lágrimas.


A partir de ahí comencé a escuchar el disco entero a través de canciones sueltas, como quién toma obligado un bombón relleno de licor aunque odia el momento en que el líquido sale del chocolate. No podía ser que no pudiera oír un disco. ¿Cómo me puede doler un grupo de canciones? ¿Cómo me puede hacer llorar? ¿Cómo es posible que sienta esto con solo un estribillo? ¿Cómo puede titular una canción 21 de octubre, por qué precisamente esa fecha y no 11 de enero que no es nada para mí?


Cuando le explico a la gente que Búnbury me gusta porque expresa en sus letras todo lo que a mi me gustaría decir, que en sus letras se refleja mi vida, no sabía que podía ser tan malévolo, aunque él no lo sepa. No podía entender que ella quisiera cambiar "Lo que más te gustó de mí".


Sin darnos cuenta, entre canción y canción, entre silencio y silencio, llegó "La hora de hablar" "de la quimera de otra vida, de lo que no supimos expresar...de las cosas rotas que no puedo arreglar". Ahora sólo somos "Habitantes" que "nos echaremos de menos".


Aunque "Nunca se convece del todo a nadie de nada", puedo asegurar que fue una historia preciosa. No tuvo el final feliz que la costumbre fija en nuestra mente, pero tuvo momentos que nos sacarán lágrimas durante un tiempo y nos harán sonreir en el futuro.


Mientras, intentaré estar lo más cerca de mi idea de vida, que no es la mejor, pero es la que quiero para un futuro próximo, "No estar quieto...que no le cause a nadie espanto...que no me pongan en un aprieto por algo que no está en mi mano...soy vagabundo...de aquí de allá...un poco tuyo y de Todo el Mundo".


A pesar del dolor, de no ser capaz de enfrentarme a un "simple" disco, nada me impedirá madrugar mañana para intentar conseguir dos entradas para uno de sus cinco conciertos en España. Dos entradas, porque es posible que necesite varios abrazos de complicidad durante el concierto, o quizá, para enfrentar mi sonrisa con otra sonrisa.


viernes, 27 de agosto de 2010

cantos de sirena

Decidí ir a la playa a las dos de la madrugada. Sólo me separan dos horas y media desde mi casa. Cambié un salón caluroso y banda sonora de chicharras por coche, música y mar. A mi viaje se sumó una invitada inesperada, la luna.

Caminé en la oscuridad del pinar hasta la orilla con la mirada perdida y los pies sangrando. Había caído en el magnestismo de la luna.

Era una luna color sepia, como si alguien hubiera robado el firmamento y hubiera dejado en su lugar una foto antigua de un cielo pretérito.

Todo era imperfecto a mi alrededor, el mar desnudo, la luna desnuda y yo desnudo.

Me bañé en un mar gélido de agosto y mi cuerpo tembló ante su pequeñez frente al mar y aquella luna. Me quedé sentado en la orilla escuchando el mar y mirando la luna. Noté un calor en las palmas de mis manos. Dos conchas afiladas y de curvas espeluznantes habían abierto mi carne. En la arena cayeron gotas de sangre que formaron puntos suspensivos... y después oí el grito de la luna. Entonces la miré fijamente intentando ver su interior.

Cogí la concha de mi mano derecha y cerré un ojo como si fuera a apuntar con un tirachinas. Asustado, me dispuse a rajar la luna por la mitad. Y de una luna partida en dos surgiste tú. Y viniste a caer a mi lado. Tú, de piel blanca y ojos selva.

Me pusiste de pie frente a ti. Abriste el puño de mi mano izquierda, y sin apartar tu mirada de mis pupilas, utilizaste la concha para abrir mi piel.

Ahora, las olas crepitan, la luna busca su otra mitad, y nosotros, recién nacidos, esperamos un sol nuevo para saber si podemos besarnos o solo somos cantos de sirena que han sucumbido ante la costumbre.




martes, 24 de agosto de 2010

simple



El diccionario de la RAE se ha convertido en uno de mis juguetes favoritos. Qué definición tan genial de simple.

Se dice de aquello que, pudiendo ser doble o estar duplicado, no lo es o no lo está.

Ser simple me trae hasta aquí, me lleva a alucinar con la sonrisa del camarero que me sirve el café en el desayuno, a sentirme fascinado por la conversación de una abuela y su nieto en la cola del supermercado, a soñar con solo pensarte, a viajar sin salir de mi cama, a comprar entradas de conciertos a los que ni siquiera sé si podré ir, a sentir ganas de teatro solo leyendo tu entrada, a hacerte protagonista de canciones, a saborear tus mojitos en mis vasos de telaraña, a pensar como sserá un día de playa a travéss de tuss essess, a disfrazarme imaginando como coses tu disfraz...

Qué placer ser simple aunque todos me crean complicado. Qué placer encontrarnos en la simplicidad, antesala de la complicidad. Qué bien suena "simple" en tus labios.

lunes, 23 de agosto de 2010

Coronita y Tequila

Eran las únicas personas de la fiesta que bebían Coronitas con Tequila, "ya paso de las copas con refresco, o mojitos o coronita con tequila y limón", le había dicho ella. Él no dijo nada, pero pensaba como ella. Le llamó la atención su modo tan claro de hablar, aquella forma apasionada de hablar sobre música, sobre una noche que estuvo empeñada en besar a una chica para saber qué se sentía, sobre un jueves en que iba a celebrar su cumpleaños y la gripe sólo le dejó llevar las botellas que había comprado para que sus amig@s disfrutaran el botellón sin su presencia. A él le fascinó el modo en que aquella mujer ponía pasión en todo lo que hacía, incluso al mover la botella para que el tequila y la cerveza se fusionaran de un modo especial.

Él la escuchaba. Ellos se miraban. Ellos se sonreían. Se buscaban en la muchedumbre de un salón donde se juntaron más de treinta persona. Él miró el reloj de cuco y descubrió que le quedaba muy poco tiempo para disfrutar de aquella chica sorprendente.

La cerveza le enseñó el camino del baño. Ella siguió su camino.

- No te voy hacer nada dijo ella. Sé que no puedes besarme, hoy no.

Mientras ella hablaba él seguía con sus manos bajo el grifo. Mirandola a través del espejo. Ella continuó hablando.

- No quiero tus besos, no quiero tus caricias, no quiero tu sexo. Esta noche no. Pero quiero que me dejes poner mis manos en tu cara, en tu pelo. Quiero que me mires a los ojos. 

Ella se situó detrás de él. Sus diez dedos comenzaron a perderse por su pelo, por su sien, por sus párpados, por sus labios. Él vio por unos segundos la imagen de su cara en el espejo y cerró los ojos para seguir sintiendo el placer que había descubierto en su rostro. 

- Si te atreves, mañana nos vemos en la playa de Fonte da Teja -susurró ella, para después desaparecer.

Él se atrevió. Ella le llamó.

- ¿Estás en la playa?, preguntó ella.

- Si ¿dónde estás?

- En la ciudad. Gracias por enseñarme como eres. A partir de hoy creeré en los sueños.

- Gracias por regalarme un baño, el vuelo de una cometa y una puesta de sol - le dijo él mientras no pudo evitar sonreir. 


martes, 17 de agosto de 2010

El lavavajillas


Foto Erik Johansson

En los últimos días había dejado que se fueran acumulando platos, vasos y cubiertos a lo largo y ancho de toda la encimera de la cocina. No ver la maceta fue la señal que me hizo abrir el lavavajillas y empezar a colocar toda la vajilla en su interior. Mientras iba rellenando las entrañas del lavavajillas comencé a sentir una sensación extraña. Cada tenedor que introducía en el cajón llevaba un trozo de mi carne, un cuchillo relucía con mi ojo izquierdo en su punta, un plato se llenó con mi piel, un vaso rebosaba de mi sangre, la bandeja del horno brillaba como nunca con mi corazón en su centro. Fui desapareciendo trozo a trozo. Estaba dentro del lavavajillas pero también estaba fuera.

Un día después aquí sigo. Sentado en la cocina, mirando la puerta metalizada del lavavajillas, con la zozobra de saber si me he ido por el desagüe o si de ese baño surge un hombre nuevo. 

domingo, 15 de agosto de 2010

Hologramas

Crearon hologramas para abandonar sus cuerpos. Salían a la noche escuchando sus propias pisadas en el asfalto. No había fecha ni horarios, sólo un lugar donde verse ayudados por la complicidad y el hechizo: una decimonónica estación de metro con bóvedas de ladrillos. Humanos invisibles, olvidados, caminaban, gemían, lloraban, enloquecían, reían, chocaban, entre las vías abandonadas. Ellos paseaban por allí sin obligación de encontrarse.
Había noches de paseos miedosos, de pasos que avanzaban por el deseo, amaneceres sin encuentro... Y había noches en que sus perfumes se encontraban. La oscuridad hacía que se olieran, que se recorrieran robándose su esencia. Entonces sus dedos recorrían sus caras, el placer se encontraba en la puntas de los dedos que abrían caminos en sus mejillas, en sus labios, en sus párpados...hasta llegar a un orgasmo como baile de ciempiés. Un último roce de manos era la despedida.
Los hologramas convertidos en almas volvían al lugar que todos suponían.

lunes, 9 de agosto de 2010

Acto Final

Se alza el telón. En la escena todo es oscuridad. Un minuto después, dos focos iluminan a un hombre y una mujer, separados por una puerta abierta, un círculo de luz para cada uno.
Ella - Tienes un don. El don de hacer muy feliz e infeliz al mismo tiempo a las personas que te rodean. Eres la estrella fugaz y el deseo no cumplido. El mundo no está preparado para alguien como tú, ni tú estás preparado para vivir en este mundo. El problema es tuyo, el mundo pasará por encima de ti...No me llames nunca, sólo quiero volver a saber de ti al leer un mensaje en mi móvil que diga que vuelves a ser profesor, solo conseguir tu sueño te salvará.

El permanece en silencio durante toda la escena, doblándose por la mitad, llorando por el dolor causado.

Durante un minuto ambos se miran a la cara, en silencio. El telón no baja sino que se desploma.

No hay aplausos...No hay público...No hay teatro...


sábado, 7 de agosto de 2010

Dos puntos . .

Imagínese dos puntos en los extremos de una hoja en blanco. Cualquiera diría que son puntos distantes, pero eso depende sólo del espacio, de la hoja, de la servilleta. Si la quitamos, quedan dos puntos a la deriva. Si la doblamos por la mitad, ambos puntos se superponen (...)
Aunque no vengas, aunque en este momento no vengas, sabe que estaremos juntos en un enorme plano, en una mínima cuartilla. Parecería que estamos solos, Sergio en su habitación, tú por los andenes, parecería que somos puntos aislados en el papel, pero una mano viene y lo dobla por la mitad.
La escala de los mapas. Belén Gopegui.

viernes, 6 de agosto de 2010

¿Un candado puede simbolizar el amor?


Después de una agradable cena en Montmartre guió sus pasos y los de ella hasta el Pont des Arts, sobre el Sena. Había llegado el momento. En el centro del puente él se arrodilló, sacó un candado de oro de su bolsillo, con sus nombres escritos en él. Se arrodilló, la miró a los ojos, lentamente unió aquel candado a uno de los hierros del puente y cerró el candado con su mejor sonrisa. Se levantó, la miró a los ojos y arrojó la llave a las profundidades del Sena.
- Te quiero -dijo él.
- Si me quieres, recupera esa llave y abre ese candado, así podremos amarnos en libertad.

miércoles, 4 de agosto de 2010

A Mary, donde quiera que estés

Hoy nos hemos acordado mucho de ti Mary. En realidad nunca te fuiste. A ninguno de los dos nos gustan las despedidas y decidiste irte sin decirme adios, usando como coartada que yo estaba de viaje. Esta noche, mientras hablábamos de Zambujeira, del Sonorama, del Contempopránea has aparecido y te has hecho gigante entre nosotr@s. Nos has sobrevolado con tu sonrisa, con tus ideas locas, con aquella forma de decir las cosas a la cara que tenías, con tus ciegos tan divertidos, con aquella pinta que tenías disfrazada de maceta aquellos carnavales inolvidables. Hemos acabado tod@s abrazados. Nos abrazábamos l@s un@s a los otr@s para intentar sentirte a ti. Ahora, que no te hace falta el dinero para viajar, seguro que estás aprovechando el verano para ir de festival en festival, escuchando conciertos, conociendo gente, tomando copas intentando pagar con tu sonrisa.

Un día me llamaste a la medianoche para decirme "tío, lo has conseguido, Búnbury te ha escrito una canción". Yo te dije "eres una flipada" y tú, " que no tío, que es verdad, escúchala. El aragonés errante". Después de oirla decidimos que estaba escrita para los dos y quedamos en escucharla en tu casa mirándonos a los ojos. Después de escucharla mirándonos a los ojos sólo nos atrevimos a cogernos las manos. Fue nuestro "no beso". Nos gustaba recordar aquel "no beso" que nos unió tanto.

Son las 3.48 de la madrugada y he salido a buscarte en esta noche canicular por las calles que anduvimos, y desde aquí te dejo la canción por si algún día, de algún modo, usas tu magia para pasar por este blog.

Un "no beso" Mary.

Pd. No creas que lloro, sólo es que me estoy riendo como los borrachos antiguos.



martes, 3 de agosto de 2010

...esto me pasa por planear...

El fin de semana que iba del 23 al 25 de julio estaba marcado con fluorescente en mi calendario de la nevera desde el mes de abril. Uff tres meses de antelación. Demasiado tiempo sabiendo lo que iba a suceder esos tres días. De este modo iba a ser ese fin de semana y de este modo terminó.


1. El plan inicial consistía en acudir con un amigo al Festival Low Cost en Benidorm. Este año me apetecía cambiar las encinas que rodean al Contempopránea por la playa de Benidorm. En realidad, Benidorm y sus playas no me llaman nada la atención pero Placebo si. Al final no pudo ser, primer cambio de planes.


2. Al Low Cost le iba a sustituir unos días en Villarreal (Castellón) porque mi amigo así me lo pidió y sin preguntar porqué acepté revender los abonos del Low Cost y subir hacia el norte el destino para el tan cotizado fin de semana. Pero, tampoco pudo ser.


3. El más loco de todos los planes. Vender algodón de azúcar en una feria. Cuando ya tenía el carromato preparado con todos los utensilios me di cuenta de que faltaba el principal ingrediente. Otro plan perdido.


4. El azar y la amistad de un ex-alumno, ahora universitario, me brindó una oportunidad de oro. Pase vip para el Contempopránea, así, como el que no quiere la cosa. Llegué a Alburquerque alucinando de poder estar tras el escenario por un momento durante los conciertos. Pero al llegar, tod@s mi ex-alumn@s tenían entrada excepto una chica. No podía romper ese grupo, ahí el ex-profesor no pintaba nada. Le cedí mi abono vip a la chica. Ella dijo "te debo una y me guiñó un ojo", yo le dije "mejor salgo corriendo".


5. Fin de semana solo en casa. Uff que bajona, madre mía. De Benidorm había pasado a pasar la noche en mi sofá. No podía ser.


6. Llamada a la 1.42 de la madrugada. Era Mari Pili (Paco):

- Maripili, tu siempre tan puntual.

- Cállate maricón. ¿Dónde estás?

- En casa, desnudo en el sofá, así, tan normalito.

- Eres lo peor. Estoy en una fiesta y aquí sólo hay pluma, necesito un hetero a mi lado y mira por donde he pensado en ti. Además, así cumplimos con la cuota de igualdad que pide el gobierno, 99 gays y lesbianas y tu el hetero. ¿Qué dices?

- Digo que me digas dónde estás que me voy.

- Sabes llegar a...


A eso de las 2.30 llegué a una fiesta de terracita en un ático. Mari Pili me presentó como su amigo hetero intoncable...

- Me estás haciendo pasar vergüenza mari pili.

- Te jodes, hazte gay y deja de ser ambigüo, no todo iba a ser bueno.


Muchos mojitos y caladas de maría después me vi subido a una mesa, bailando con Mari Pili...

- Chúpame un pezón -dijo Mari Pili con los ojos vidriosos.

- Eres increible. Pero lo vas a flipar. Levanté su camiseta, puse hielo picado de mi mojito en su pecho depilado y pasé lentamente mi lengua por su pezón izquierdo.

- Ufff. ¿Qué tal? ¿No es para tanto no?

- Ha sido genial Mari Pili, pero mientras te lamía pensaba en otra.

- Que me quiten lo bailao.


Pues eso digo yo, después de tanto planear, que me quiten lo bailao.

domingo, 1 de agosto de 2010

sonrisas espontáneas

...y siguen surgiendo en mí sonrisas espontáneas...