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jueves, 29 de noviembre de 2012

fútbol vs. educación

El domingo fue un gran día. Mi sobrino, de siete años, vino a ver a su tío "el de Madrid". 

Para él fue un día muy parecido a la mañana de reyes, por primera vez iba a ver a su equipo, el Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón. Desde su llegada a Madrid, la tarde del sábado, no dejó de hablar de su equipo, de los jugadores, de que iban a ganar, que van por delante del Real Madrid...y así hasta convertirse en un no parar de conocimientos futbolísticos que asombrarían al mismísimo Messi.
Sin embargo, el precio que hay que pagar para que un niño de siete años pueda ver a su equipo favorito en directo es muy caro. Y no me refiero a la entrada.
Para que mi sobrino disfrutara de un momento esperado durante más de un año tuvo que "evitar" los siguientes obstáculos:

- Ver como quemaban bengalas en las cercanías del estadio, por lo que tuvimos que cambiar nuestro camino de acceso al campo.

- Escuchar gritos de "Puta Sevilla" de cientos de personas.

- Percibir como se desea la muerte a una persona por el simple hecho de defender otra camiseta que no es la tuya. "Palop muérete", "Reyes, muérete"

- Tener a un joven sentado a su lado que no paraba de gritar "Madridistas hijosdeputa" "Madridista, cómeme la polla"

Y lo que para mí es peor. La opinión generalizada de los adultos que me acompañaban, junto a mi sobrino: "Ya distinguirá él lo que está bien y lo que está mal".

Sólo espero que si mi sobrino le grita a su maestra esta semana, "hijadeputa" o "muérete" porque le diga que en clase no se puede hablar, nadie le eche una bronca a mi sobrino. 

Por cierto, el Atlético de Madrid venció 4-0, y mi sobrino se fue el lunes por la mañana a Badajoz, con una sonrisa muy amplia.


martes, 27 de noviembre de 2012

otoño

...un año más tarde...

él -¿Cuántos besos nos habremos dados?

ella- Pocos

lunes, 5 de noviembre de 2012

Solo en Berlín (Hans Fallada)

Merece la pena tomarse el tiempo necesario para leer las 612 páginas que tejen Solo en Berlín. Es una novela negra ambientada en la actual capital alemana en tiempos de la II Guerra Mundial. 

La idea principal es poner de manifiesto la existencia de un grupo de personas que formaron la resistencia. En la novela la resistencia no se basa en las armas sino en la palabra, una resistencia ingenua, ¿fracasada?

Exitosa o fracasada la resistencia nos ayuda a ser decentes, primero con nosotros mismos y después con el mundo que nos toca vivir. Si hemos sido valientes, si hemos conseguido ser fiel a nuestros ideales, el fracaso o el éxito se encuentran en dimensiones muy diferentes.

Recomiendo esta novela por la "normalidad" de sus diálogos que muestran la aceptación de la brutalidad como algo evidente de lo que ni siquiera podemos plantear la escapada.

Una lectura dura para recordarnos que en estos tiempos duros debemos mostrar nuestra resistencia. ¿Cómo resistir? Solo puedo ofrecer mi respuesta: siendo yo mismo.