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lunes, 28 de junio de 2010

Echando de menos el mar...

Vivo en tierra de secano. Olivos, viñedos, cereal. Si me monto en mi coche y busco el mar tardaría al menos dos horas en llegar. Sin embargo, nunca he hechado de menos el mar y puedo asegurar que es de las cosas que más me gusta. Tanto me gusta el mar que el año pasado me di un baño en la Bretaña francesa, en pleno Atlántico. No sé cual era la temperatura del agua. En mi grupo de amig@s tenemos la frase hecha cuando nos bañamos en un mar muy frío: "Dejé de tener pene para tener clitoris". Pues bien, después de aquel baño a la francesa estuve tres días sin saber cual era mi sexo.


Ahora sí hecho de menos el mar. Hoy, un día tan caluroso en esta ciudad que comienza a dejar de ser de los árboles y los pájaros que cantan cuando sale el sol para empezar a ser del asfalto y del cemento, siento necesidad de mar. Siento ganas de disfrutar del mar de primera hora y de las olas tranquilas del atardecer. Recuerdo el mar de un azul transparentemente tranquilo de Menorca, las calas de Ibiza que tienen ese azul eléctrico que te deja pintado de rebeldía para varias semanas, el Mediterráneo de la costa de Málaga que invita a la cervecita, las olas de Zahara de los Atunes que te hace volver a los ocho años dejándote revolcar por olas hasta aparecer hundido en la arena cabeza abajo, la calita de Punta Paloma (Tarifa) donde hay que atravesar dunas para darte un baño y hacer el amor, la Barrosa (Chiclana) para correr por sus kilómetros de arena dándote un baño de vez en cuando antes de seguir con la carrera, Caños de Meca que es la playa con sabor a mojito y a maría, las gambitas a la plancha de Isla Canela, las calas de olas cabreadas de Zambujeira do mar, el salto al entrar de Comporta (Portugal), la inmensidad del agua fría en Fonte da Teja, cerquita de Lisboa, donde llenar el cielo con comentas, dejar libre a los animales, correr, hacer el amor, nadar, sentir la piel fresquita después de salir de un agua congelada, las airadas playas de Lanzarote donde subir a una tabla sin parar de caerte, la vanguardia del mar en Cadaqués...


En fin, que hoy hecho de menos del mar, algo que me pasa desde hace muy poco. Ahora que lo pienso, no sé si hecho de menos el mar o el mar contigo. De todas formas, me conformaré con el agua clorada de la piscina y jugar con las hormigas del cesped que acuden a por los restos de mi helado de chocolate.

2 comentarios:

  1. A mí me gustan por igual la montaña y el mar.
    Salu2.

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  2. Ver el mar a través de tus ojos, es algo que no podre olvidar en mi vida...escuchar el mar y tu voz al mismo tiempo..oler el salitre y olerte a ti....el mar contigo es un mar mágico, es otro mar. Yo si sé que echo de menos el mar contigo... y q s

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